lunes, 29 de septiembre de 2014

Contribución al cumplimiento de la Misión de la Ibero desde mi actividad docente

Por: Ivone Morales

Lo que yo les digo a los muchachos que la clase de danza contemporánea en la ibero -que es la materia que me toca impartir en la universidad-  es una clase que complementa la parte estética, artística, emocional del ser humano y que, dentro de ella nos vamos a ir de la mano junto con los valores del respeto, del trabajo en equipo, del tener esa capacidad de la curiosidad por saber más, que es lo que en ese sentido me correspondería a mí como docente, inyectar a mis alumnos a que el interés no decaiga y descubrirles a cada uno de ellos el potencial creativo, sensorial, kinésico y artístico que tienen. No importa cómo lo hagan, sino que se arriesguen y tengan la voluntad de hacerlo.

Siempre voy a considerar sus habilidades, trataría de hacer cumplir la misión en humanizar a través del movimiento, de su propia danza en cada uno. Orientar al alumno en sus necesidades, y ayudarles a crecer en la medida de las posibilidades que me ofrezca cada uno.
La danza como arte tiene ese don magnífico, que cuando se descubre de verdad salta a la vista la transformación.

Quiero potenciar en el alumno la parte creativa que nos hace productivos, que nos hace entusiastas, que cada clase de danza contemporánea sea placentero y ofrezca la armonía necesaria para ir por el camino universitario que quizá no vaya a ser un camino de rosas para algunos. Sobre todo porque llevo a alumnos de primer ingreso que apenas inician su carrera.

Recorrer esa parte de la preparación para ser grandes profesionales, se requiere de mucho trabajo, dedicación, sacrificio. Me encanta poder saber que cada uno de los estudiantes que tengo ahora han elegido con libertad esta clase y que hay disposición por tomar esta clase, con lo cual es un plus para que la materia se le saque el máximo  provecho.

El tener la oportunidad de dedicarles mi tiempo a los alumnos y enseñarles lo que un día yo aprendí, no tiene precio porque sé que por esa parte mía no quedará el ofrecer esa labor de servicio gratificante que es el educar con consciencia, con conocimiento de causa y con la responsabilidad que hay para con alumnos que en muchos, no tienen la menor idea de cómo se danza.

Es un compromiso que tengo con ellos y que desde el primer día se los comenté, estamos para equivocarnos, y que no nos dé pena desarrollar movimientos, que la única manera de lograr conocernos a nosotros mismos, crecer y evolucionar aunque sea un escalón es arriesgarnos a hacer las cosas.

Es ahí cuando el valor de la docencia y de la educación toma sentido, es ahí cuando empezamos a crear y construir cambios en los alumnos, cuando logramos tocar esa tecla sensitiva, emocional, creativa y complementa la danza en la vida de nuestros alumnos de la Ibero.

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