Ivone Morales Fotografía: Juan Cedeño |
Por: Ivone Morales
Cuando me propusieron representar metafóricamente
una danza con alusión a Frida Kahlo frente a un cuadro que la homenajeaba no
dudé en que podría ser una experiencia enriquecedora.
Al principio no fue fácil conseguir que la sección
del museo del Ceart Tijuana accediera a que se presentara danza delante de una
exposición de cuadros de pintura, en este caso
las de Ernesto Muñoz Acosta, más que nada por una cuestión de seguridad
o de que era poco común realizar un tipo de evento con este formato. Pero al
final, se llegó a un acuerdo y todo fue tratado con el mayor cuidado y
profesionalismo posible. El resultado, un bello éxito.
En ese tiempo y a la par, sucedía en el Museo Nacional
Centro de Arte Reina Sofía de Madrid un caso similar, un gran bailarín de la
Compañía de Ballet de Víctor Ullate representando una danza delante del famoso
cuadro de Pablo Picasso ´La Guernica´. Y reflexionando dije “se
puede hacer danza, claro que se puede bailar delante de un cuadro”. Y así
sucedió.
La experiencia de hacer arte en un espacio
alternativo, da pie a conocer espectadores que van variando mientras pasaba el
tiempo porque la coreografía duraba dos minutos con un público como de veinte o
treinta personas que era el límite de entrada a esa parte del museo, terminaba la
pieza, el público pasaba a otra sala y entraba otro público, veía la danza y
así sucesivamente.
Como artista de la danza fue impresionante percibir
en dos minutos sensaciones realmente emotivas por parte del público que tuvo la
oportunidad de apreciar la combinación de dos artes: La pintura Homenaje a
Frida de Muñoz Acosta y la coreografía alusiva sin ser obvia
por parte de Minerva Tapia.
Grupo de Danza Minerva Tapia en "Danzas Vecinas" Foto: Adrián Flores |
En otro espacio tuve la oportunidad de apreciar un
público sin igual, nada más y nada menos que un público automovilístico. Jamás
me lo hubiera imaginado. Ni en mis treinta años que llevo en la danza. “Danzas Vecinas” fue una obra que ya se tenía
pensado realizar en la Casa del Túnel, una pieza coreográfica de seis minutos
de duración aproximada creada por Minerva Tapia, que da vista a los carros que
van pasando la frontera de San Ysidro a Tijuana justamente por la garita de El
Chaparral. Gente que va manejando a vuelta de rueda porque es un viernes por la
tarde donde hay mucho tráfico, personas que salen del trabajo de Estados
Unidos, cruzan a Tijuana y se topan con Danzas Vecinas que en ese momento cobró
vida.
Una obra que no tiene sentido sin ese tipo de
público. Se pensó en esa gente que también tiene derecho de ver arte de alguna
forma. La experiencia no tuvo nombre porque la frontera como concepto o idea da
para mucho, pero materializarla en una coreografía, a la luz del día, con un público
que pasa en auto por una avenida, es interesante porque no todos tienen
oportunidad de ver la obra completa, solo se veía un braseo, un gesto, una
mirada, una cargada, un movimiento de pies, lo que alcanzaran a ver porque los
coches iban pasando y cada uno con una percepción diferente. Chiflaban,
gritaban, saludaban, sonreían, se quedaban mirando por el retrovisor y mil
reacciones más.
La danza parte de crear movimientos y los espacios
alternativos pueden ser tan infinitos como el mismo público que varía en un
lapso mínimo de tiempo. Considero es una forma de crear mundos, de transformar
la vida cotidiana en arte aunque sea efímero pero sobre todo, un modo de
convertir la danza constructiva y afortunada para quien se enfrenta con
ella.
Comparto el enlace del video Danzas Vecinas. Dale Click aquí:
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