martes, 7 de agosto de 2012

INSOMNIO Y OCIOSIDAD (Segunda parte)


Se denomina ´ocioso´a toda aquella persona que no encuentra provecho a ninguna labor y se diferencia en lo absoluto de la gente que distribuye su momento de OCIO en cuanto a descanso y reparación de fuerzas únicamente para poder realizar un trabajo más intenso, enseguida que ha liberado de las obligaciones profesionales, familiares o sociales.


    El ocio es una actividad libre y personal,  promueve la satisfacción, el descanso, diversión, formación, información, capacidad creadora. Y el ocioso tiene actividad de poca creatividad, se suscitan efectos negativos cuando se exceden en algunos medios de comunicación, se opone al deber del trabajo y constituye un vicio.



                Por: Ivone Morales

     En esta ocasión y como prometims, en esta segunda aparte hablamos de la narcolepsia, que es el caso contrario al insomnio. Un narcoléptico puede quedarse dormido durante una fiesta, una conversación con el jefe, cuando va manejando y tiene la capacidad inmediata para dormir. La narcolepsia es una enfermedad que produce incontrolables ataques de sueño que derivan entre 5 ó 20 minutos. No se puede mantener despierto durante el día, a veces pierde tono muscular y se cae o en otras situaciones puede quedar momentáneamente paralizado.

Ociosidad, la contraparte

¿Qué pasa cuando se topa con el otro extremo? Es decir, con la persona que no vive preocupado de lo que acontece a su alrededor y padece el síndrome de la ´ociosidad´. El concepto de ocio en Grecia y Roma fue muy aceptado y positiva porque se observaba esta actividad como un hecho contemplativo y espiritual después de una fatigosa actividad cultural.Aristóteles consideraba el ocio como la felicidad plena.

Fue a partir de la Segunda Guerra Mundial hasta la actualidad que se ha disminuido el tiempo del trabajo para cubrir necesidades materiales y por consecuencia un aumento del tiempo libre.

No se puede olvidar que la mayoría de las personas que se dedican a actividades productivas ejercen un tipo de descanso basado muchas veces en la pérdida de tiempo o en actividades sin sentido como el alcoholismo, espectáculos excitadores, el uso de drogas  y otros tipos de evasión de la realidad creando un mundo egocéntrico y fantasioso.

Hay de ociosos a ociosos. Los depresivos crónicos quizá no podrán levantarse de la cama y estar de ocioso es una alternativa para calmar su baja estima. En este caso lo que requieren es un tratamiento psicológico para aumentar su estado de ánimo.

Todo extremo perjudica

No saber dormir es un indicio de que hay ´algo´perturbador, pero ´no hacer nada´ y estar de ociosos revela que se está falto de creatividad y evasión hacia el trabajo. Los baños de agua tibia, la lectura de un texto, música suavecita, una cama confortable, un cuerpo sano, hasta una recámara ventilada ayuda a recuperar el sueño. Los medicamentos homeopáticos o la acupuntura son alternativas para controlar el insomnio.

En el caso de la ociosidad no es que exista  un  medicamento para curar este mal, pero se considera que detrás de un estado vacío como la ociosidad a niveles exagerados hay un mal psicológico que también  perturba al hombre en la actualidad.

De cualquier forma la relajación corporal y mental a través del buen manejo del ocio como modo de trabajo contemplativo-educativo-espiritual no caerá jamás en lo absurdo.

Disfunciones

Uno de cada 10 pacientes con insomnio presentan un 40 % de los siguientes síntomas:

1-10% Dolor abdominal, somnolencia, fatiga, pérdida de cabello, hipersensibilidad, alteración del apetito, líbido, náuseas, dolor dental, palpitaciones, ataques de pánico, rash cutáneo, picor ocular, dificultades del habla, hormigueo, visión borrosa, ansiedad.

11-15% Alteraciones digestivas, vértigo, sudor, dolores espalda, dolores cuello, tensión muscular, nerviosismo, debilidad muscular, pesadillas, sueños inusuales, silbido en oídos, mal sabor de boca, sed, irritabilidad, rabia.

16-20% Falta de atención, dolor de miembros, depresión.

21-25% Boca seca, mala concentración, inquietud






INSOMNIO Y OCIOSIDAD (Primera parte)


El Insomnio y la ociosidad como deficiencias humanas vistas como causa-efecto respectivamente se encuentran opacadas por hábitos alimenticios, actividades físicas y emocionales, preocupaciones con la familia, conflictos especiales con alguien, cantidad de trabajo o autoestima que en su medida perjudican la eficiencia laboral de una persona.


Por: Ivone Morales

Dos padecimientos sociales invaden con potencia a las personas que continuamente llevan una vida ajetreada o una rutina sin mayor quehacer que la ´nada´. Por un lado se encuentra el INSOMNIO, visto como un desequilibrio en el sistema nervioso que provoca la ausencia de sueño y una excesiva preocupación por llevar pendientes o situaciones que aprehenden a las personas y, por otro lado, la OCIOSIDAD que la padece quien continuamente sufre de un desgane por laborar con poca y absurda creatividad.

¿Cuál de las dos apela más contra la sociedad? Si las dos pueden actuar como causa o efecto de  ineficiencia laboral en la medida que afecte la susceptibilidad del ser.

No saber dormir o realizar actividades libres implican aparentemente rasgos negativos de poco interés que en el fondo manifiestan una amplia explicación o respuesta a muchos jefes en el trabajo. El insomnio por sí mismo no es una enfermedad, pero sí es un indicador de que se está viviendo la vida demasiado rápida.

“Las preocupaciones o pendientes que uno tenga, nuevas cosas que se agregan y que uno deba cumplir, penas que se hayan acumulado o realidades que ya pasaron, pero que no acaban por reconocerse como tal sugiere la ausencia del sueño”, comenta la psicóloga Celina Aguirre.

El mal dormir como causa probable de trastorno mental implica psicológicamente un miedo por realizar ´algo´o un sentimiento de culpa por un hecho de la cual no se confía en el proceso de vida que podría cambiarse con pensamientos positivos.

No en todos los casos se da porque, hay personas que padecen de insomnio ligero y realmente resulta hasta óptimo cuando se les avecina un viaje o una boda, por poner un ejemplo, entonces la perturbación de sueño se vuelve tolerable ante la espera de tal hecho.

Dormir no es un estado pasivo, por el contrario  es una actividad. Y el no dormir es un desequilibrio que se origina básicamente por una debilidad de la célula nerviosa que no recibe los elementos principales para sus propias necesidades y se ve degradada por residuos y otras sustancias tóxicas como el alcohol, tabaco o café.

El insomnio se vuelve crónico cuando los hábitos personales sufren cambios constantes.

“La gente que por mucho tiempo se priva del sueño puede llegar ser una persona irritable, llegan a tener dificultades para pensar claramente y concentrarse en su trabajo” opina la psicóloga Aguirre.

Las personas ambiciosas por ejemplo, sufren de insomnio y además de dolor de cabeza porque sólo piensan en su trabajo o deberes repitiendo lo que sucedió en el día anterior. Las personas melancólicas también pueden sufrir de insomnio porque si no es demasiado astuto como para esconder lo que piensa, durante la noche, se puede encontrar fácilmente cómo se esfuerza para empeorar su humor.

Tal es así que, el organismo nunca recupera el sueño perdido de una noche porque al otro día no se puede tener más de lo que el sueño exige pero, sí se puede compensar.

La verdad es que estos dos temas, que pueden resultar simples de ver, en su exceso y a la larga causan un daño a la creatividad y al rendimiento en cualquier sentido, tanto para una persona que dedica un trabajo totalmente racional, como el que es artista. En ese sentido, esto es una especie de llamamiento a revisar el estado en el que estamos diariamente y darnos cuenta de cuándo perdemos el sueño y porqué, y cuándo caemos en la ociosidad extrema de tal manera que, siempre seamos conscientes de que el tiempo perdido jamás se recuperará.